Boletín Noviembre 2021

Un año de gratitud y crecimiento

Este 25 de noviembre, en el marco del día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se cumplió el primer aniversario de la presentación de mi proyecto “Callar duele más”, una propuesta que desde el arte se propone articular acciones en pro de la mujer. Un libro, un videoclip, eventos, talleres de formación, encuentros y conferencias gratuitas con mujeres de varios países han sido algunas de las actividades que hemos realizado.

En un año hemos logrado visibilizar algunos de los temas más sensibles en cuanto a la defensa de los derechos de la mujer en Latinoamérica. Agradezco enormemente a todos los que se han unido a esta comunidad desde distintos campos de acción (educación, salud, cultura, emprendimiento, entre otros).

Seguimos sanando juntas, apoyándonos, tejiendo redes, sumando a esta comunidad de mujeres valientes que han decidido dejar de callar.


Compartiendo aprendizajes en República Dominicana

Un maravilloso grupo de más de 30 mujeres de distintas edades atendieron mi invitación al taller “Construyendo sueños” realizado en alianza con la asociación Nuestra Señora de Punta Cana y la Fundación Grupo Puntacana. Una vez más reitero la alegría de compartir experiencias e intercambiar aprendizajes.

El objetivo de este taller fue ayudar a las artesanas a definir metas a través de herramientas de crecimiento personal para que logren ser la mejor versión de ellas mismas, orientadas a la vida que sueñan.

Esta es solo la primera de muchas otras actividades educativas y culturales que estaré realizando para que más mujeres alcancen sus sueños. Les seguiré contando.


¿Una mujer sin libertad pierde su esencia?

Hoy quiero hablarte de mi obra Free (2021), la cual combina materiales maleables y orgánicos, junto a otros de plástico y metal que hacen referencia a las etiquetas impuestas y autoimpuestas que van condicionando nuestra naturaleza.

Inspirada en el banyan tree, esta pieza busca cuestionar aquello que nos envuelve y puede incluso llegar a asfixiarnos o atraparnos bajo una apariencia protectora. Estos árboles soportan las sequías y hasta las heladas lo que me parece una metáfora de los límites y condicionamientos que surgen de nuestros pensamientos y estereotipos, de cánones establecidos que cercenan la diversidad. Las raíces de este singular árbol vienen de lo alto y desde las ramas se extienden hasta el suelo al cual se ancla con firmeza, desafiando la lógica, ramificándose a través de áreas grandes y profundas.

Más que información científica, estos datos me permiten establecer puentes y conexiones con los modos en los que las mujeres resistimos y crecemos cuando todo juega en nuestra contra. ¿Un árbol sin ramas se puede llamar árbol? ¿una mujer sin libertad pierde su esencia? Pese a todo, ambos se reinventan, expanden… y viven.

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